«Verde que te quiero verde», como escribió el gran Lorca, podría estar dedicado perfectamente al encanto y magnetismo que despiertan las esmeraldas. Con su belleza y simbolismo, no es de extrañar que sean una de las piedras más usadas dentro de la joyería, pero ¿sabes cómo cuidarlas? En este artículo, nos encargamos de enseñarte a proteger, almacenar y limpiar tus joyas con esmeraldas para que conserven su esplendor por más tiempo.

Índice:

Por qué es importante cuidar tus joyas con esmeraldas 

Si has leído nuestro artículo Los usos de la piedra esmeralda en joyería, sabrás que estamos ante una de las gemas más valoradas dentro del sector. Sin embargo, ¿sabías que es también una de las más delicadas? A diferencia de otros minerales, como pueden ser los diamantes o los rubíes, las esmeraldas poseen una estructura cristalina con inclusiones naturales y fisuras internas, conocidas como «jardines».

Esta característica es la que las hacen más vulnerables a golpes, cambios bruscos de temperatura y productos químicos, entre otros factores.

Cuidar tus joyas de esmeralda es la única solución para preservar la belleza y el valor de las mismas. Ten en cuenta que una esmeralda bien conservada mantiene su color vibrante y su transparencia, cualidades esenciales que determinan su precio en el mercado.

Con los consejos y recomendaciones que te presentaremos en los siguientes apartados, podrás disfrutar de su elegancia por generaciones.

Cómo limpiar tus joyas con esmeraldas en casa

El polvo y la suciedad no perdonan y, por desgracia, las joyas no están exentas de acumular residuos con el uso diario. Las esmeraldas, en particular, pueden perder su brillo con facilidad si se exponen al sudor, cosméticos, perfumes o incluso al aire cargado de partículas.

Ya sea que tengas un anillo de esmeralda, una pulsera o un pendiente de esmeraldas como los que puedes encontrar en Navas Joyeros, te conviene saber qué es lo que hay que hacer para limpiar estas joyas sin dañarlas.

  1. Prepara un recipiente con agua tibia y jabón suave, como el de manos. Es importante que no contenga ingredientes químicos agresivos, pues podrían dañar la esmeralda o el resto de la pieza. Así pues, nada de soluciones de limpieza ultrasónica o detergentes abrasivos.
  2. Una vez diluido el jabón en el agua, pon la joya a remojo durante unos 30 minutos.
  3. Procede a frotar la esmeralda con un cepillo de cerdas suaves. Emplea movimientos circulares y delicados. El objetivo es eliminar cualquier rastro de suciedad que pueda estar adherido a la piedra.
  4. Después, es el momento de enjuagar los restos de jabón con abundante agua tibia.
  5. Por último, seca con la ayuda de un paño de microfibra.

Deberás repetir todo este proceso de forma regular para que tus esmeraldas luzcan siempre impecables. Sabemos que el cuidado de joyas puede ser una tarea un poco tediosa, pero vale totalmente la pena.

Conservación y mantenimiento a largo plazo

Aparte de la limpieza regular, hay ciertas prácticas que te serán de gran utilidad para preservar la belleza e integridad de las esmeraldas por más tiempo. Toma buena nota.

  • Procura no usar las esmeraldas a la hora de hacer tareas domésticas, practicar deporte o ducharte. Tampoco las rocíes con perfume cuando te prepares para salir, pues es una sustancia muy perjudicial para ellas.
  • Cuando no las estés usando, guarda tus esmeraldas en un lugar oscuro y lejos de cualquier fuente de calor. La luz solar es uno de los principales enemigos de esta piedra preciosa, por lo que la exposición prolongada puede terminar afectando a su característico color. ¿Lo mejor? Ponerlas a salvo en un joyero donde no le dé el sol ni el calor.
  • Almacena tus joyas de esmeraldas separadas de las demás con el fin de evitar impactos, roces y rayaduras. Los estuches y joyeros individuales y que están acolchados son ideales para esto.
  • Revisa periódicamente que las piedras están debidamente engarzadas. En caso contrario, podrías perder las esmeraldas o provocar que se dañen al impactar contra el suelo. Para prevenir este tipo de sustos, recurre a tu joyero de confianza. No solo podrá comprobar que los engarces siguen en buen estado, sino que será capaz de ajustarlos correctamente si es necesario.
  • Considera proporcionar un mantenimiento profesional cada cierto tiempo. Nadie como un joyero cualificado para mimar tus joyas como se merecen. Cuando lo creas necesario, lleva tus esmeraldas a la joyería para que les hagan un buen mantenimiento. Allí podrán comprobar que todo está en su sitio, realizar una limpieza en profundidad e, incluso, pulir las piedras.

Las joyas con esmeraldas, con su inigualable verdor, exigen atención y cariño. Siguiendo estos consejos que te hemos dado acerca de su limpieza, almacenamiento y protección ante agentes externos, podrás lucirlas durante muchísimo tiempo.