Dotadas de una belleza atemporal, las joyas de perlas son un imprescindible en el joyero femenino. Son piezas que, además, pueden pasar de generación en generación, porque la elegancia de las perlas nunca pasa de moda.
Índice
- El origen de las perlas
- ¿Qué tipos de perlas existen?
- La importancia de las perlas en joyería
- ¿Cómo combinar joyas con perlas?
- Cómo cuidar joyas de perlas
El origen de las perlas
Los clásicos pendientes de perlas y otras piezas de joyería no serían posibles sin los moluscos que se encargan de formar estas gemas orgánicas.
Las ostras, los mejillones y las almejas segregan capas de nácar para protegerse frente a los cuerpos extraños que entran en sus conchas. Este nácar es una sustancia brillante e iridiscente que se compone de carbonato de calcio y que acaba por recubrir totalmente ese objeto irritante, dando lugar a la perla.
El tiempo que tarda en formarse la perla puede ir desde varios meses a unos cuantos años, depende de la especie del molusco y de las condiciones ambientales.
¿Qué tipos de perlas existen?
La clasificación general es la que distingue entre perlas naturales y cultivadas, pero dentro de las cultivadas nos encontramos, a su vez, con diferentes variedades.
Perlas naturales
Son las que se forman de manera espontánea en los moluscos sin que haya ningún tipo de intervención humana. Su aparición es imprevisible y, por eso, tienen un alto valor de mercado.
Perlas cultivadas
Obtener perlas de manera natural es muy complicado y, precisamente por ello, el ser humano ha encontrado una forma de crearlas.
El proceso implica insertar de manera intencional un núcleo (suele ser una pequeña esfera de nácar) en un molusco para que este forme la perla.
Dentro de las perlas cultivadas nos encontramos con diferentes variedades. Las más populares en joyería fina son las perlas Akoya originarias de Japón y de China, que destacan por ser pequeñas y brillantes, con un color que es entre blanco y ligeramente rosado.
También en China se cultivan a gran escala las conocidas como perlas de agua dulce, que se caracterizan por su variedad de formas y colores. Pueden ser redondas, irregulares (barrocas) o en forma de botón. Como son más asequibles, es muy común verlas en una amplia gama de diseños de joyería.
Otra variedad son las perlas del Mar del Sur, producidas en ostras que habitan en las aguas del norte de Australia. Se distinguen por su tamaño grande y su lustre intenso, con un color que puede ir del blanco cremoso hasta el dorado.
Las perlas de Tahití no son tan reconocibles por el gran público, pero son famosas por su color oscuro, que puede ir desde el gris plateado hasta el negro. Resultan exóticas y muy elegantes.
La importancia de las perlas en joyería
Estas gemas han sido símbolo de elegancia y sofisticación a lo largo de la historia, porque gracias a su brillo y belleza se adaptan a todos los estilos y nunca pasan de moda.
Se han asociado con la pureza, la sabiduría y la feminidad y se las considera una buena inversión a largo plazo, porque tienden a revalorizarse con el paso del tiempo.
A la hora de elegir una perla, es importante tener en cuenta factores como el tipo de que se trata, el color, el tamaño, la forma y la calidad. Para comprobar esta última es interesante solicitar el certificado expedido por un gemólogo profesional, ya que es la mejor forma de asegurar que estamos en presencia de una perla auténtica.
¿Cómo combinar joyas con perlas?
Los anillos de perlas, los colgantes de perlas y los pendientes son siempre una buena elección. Son el complemento perfecto para cualquier atuendo, sea este más clásico o más moderno.
Para una combinación clásica se puede escoger un total look de perlas que incluya un collar, unos pendientes y una pulsera. Esto crea un conjunto sofisticado y elegante, muy indicado para ocasiones especiales.
Si lo que buscas es un estilo más moderno, puedes cambiar un collar de perlas con una cadena de plata y un colgante minimalista. Otra opción sería combinar perlas de agua dulce de diferentes colores con ropa de colores vivos.
Lo más recomendable es adaptar las joyas de perlas a la ocasión. Para un evento más formal, luce un conjunto de perlas y, para algo más casual, combina tus perlas con prendas o joyas de aire más relajado.
Cómo cuidar joyas de perlas
Para limpiar las perlas es aconsejable utilizar un paño suave y ligeramente húmedo, evitando siempre productos químicos porque pueden dañar la superficie. En caso de manchas persistentes es más que suficiente con un poco de agua tibia y jabón suave; después, hay que enjuagar y secar bien.
Lo que tampoco debes hacer es sumergir las perlas en agua durante mucho tiempo, porque esto puede afectar a su núcleo y debilitarlas.
Para guardarlas, ponlas en una bolsa de tela, lejos de otras joyas que puedan rayarlas. Si tienes collares de perlas, revisa periódicamente el estado del hilo y reemplázalo si está desgastado o dañado.
Si quieres conservar su lustre, ponte las perlas una vez que ya te hayas aplicado perfume, lacas u otros productos cosméticos.
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